“El mejor hombre de negocios sirve al bien común”. Lao Tzu.
Las pandemias, uno de los peores casos de la humanidad, han existido desde antaño; aunque hoy por hoy resultan extrañas, angustiosas y sobrevaloradas en comparación con la vida de hace un año. A pesar de ello, hay que recordar que la mejor arma del ser humano es la resiliencia ante el caos.
Si bien nadie estaba preparado de manera psicológica ni económica para la pandemia del Covid-19, que hoy se vive en cada uno de los espacios habituales, no queda otra opción que ajustarse e identificar cómo aumentar las ganancias dentro de esta situación.
Los despidos desde el mes de marzo del presente año han registrado en Ecuador a más de 289 mil personas sin opción de empleo, y las cifras ascienden, según el Ministerio del Trabajo. Pues bien, si no hay trabajo la mejor opción es generar creatividad, arriesgarse y plasmarla en algo visible; es decir, es el momento idóneo para observar lo que falta en el mercado tras la llegada del virus, y convertirlo en una ventaja fortuita, para que así usted pueda formar parte de la pequeña cifra del 9% de emprendedores.
Emprendedores que desafiaron al coronavirus cambiando su modelo de negocio Foto: iStock
Ahora bien, que el 9% no los engañe, ni mucho menos los desanime, al contrario, que sea una motivación para ser parte de ese selecto grupo de personas, emprendedoras, empresarios, líderes mundiales.
Si bien el 9% de los emprendedores tuvieron éxito, hay que recordar que se subieron en la montaña rusa de las inversiones, en un tira y afloja, sin saber cómo iban a terminar. Todo pudo empezar con la simpleza de que se despertaron un día como cualquiera, se vistieron, se ataron los zapatos y comenzaron a maquinar la idea para llegar a la cima. No obstante, el miedo al fracaso corría en sus pensamientos una y otra vez para frenarlos en seco, pero el titubeo constante es una reacción normal frente a los cambios, más si son de magnificencia, y terminaron siendo líderes al conducir su camino, al dejar su legado a través de la creación de empresas con un innovador componente.
Como se menciona anteriormente, es indiscutible sentir temor al emprender, por ello, este artículo pretende demostrar un enfoque diferente, más acertado a quienes empiezan desde cero, no sin olvidar el eje de todas las cosas; la naturaleza. El objetivo para emprender es coadyuvar a tu entorno, en otras palabras, ayudar y fluir con la naturaleza. Si bien se lo hace de esa forma, los emprendimientos deben ser al mismo tiempo robustos y flexibles; ambiciosos y humildes. Al ser una paradoja resulta irrisorio que puedan ser ambos, pero existe la posibilidad a través del TAO de los negocios.
El TAO, nacida en la antigua China, empezó como una obra filosófica y con el pasar de los años terminó siendo una rica e histórica cultura oriental que demuestra un camino y un estilo de vida, acompañada de efectos armoniosos tras poder conocer los recursos interiores del ser humano, y así, superar desventuras de todas índoles. Esta obra que ha sido conocida por su utilidad a nivel personal, en la actualidad, se presenta como una guía para encaminar emprendimientos y negocios, basándose en las virtudes tan necesarias hoy por hoy.
Uno de los preceptos básicos del taoísmo es el Wu Wei, que entre sus traducciones significan la acción mediante la inacción. A pesar de ser un concepto contradictorio en el ámbito de los emprendimientos, es oportuno aclarar que su idea comprende que la mejor forma de enfrentar una situación es no forzar ninguna solución, sino dejar que la misma fluya. Su lógica radica que al buscar el acto más significativo o una solución, se recibe a cambio, se quiera o no, un estrés constante y ansiedad al no encontrar la idea, llevando a que el alma se carcoma y que su resultado no sea extraordinario.
Entonces, ¿cómo se hace para que el Wu Wei sea beneficioso para los futuros emprendimientos?
Se comienza desprendiéndose de la idea incompatible de que los principios manifestados del Tao no se relacionan con el éxito, como son: la paciencia, la sencillez, la humildad y la moderación. Después, para que las acciones estén a favor de uno, se debe estar en gracia con dichos principios taoístas. O dicho de otra forma, mantener la esencia del ser humano en sintonía con la naturaleza armoniosa, y si ella demuestra un obstáculo lo más autodestructivo sería derribarlo, lo que se obtendría a cambio sería un fracaso inminente. Al no actuar se obtiene una gran incertidumbre, pero aquella es liberada únicamente para ser canalizada después, por medio de la sabiduría proveniente del TAO, a su favor.
El TAO insta a actuar en armonía conforme ocurren los acontecimientos, y ha lograr resultados positivos pese a las circunstancias. Cuando se tiene un camino fluido, sin ningún bache; es fácil seguirlo porque está en consonancia con la naturaleza. No obstante, si hay algo que frena el paso quizá sea conveniente replantear las premisas.
Se debe admitir que el éxito de los emprendimientos no dependen enteramente de uno mismo, sino que existen factores externos que condicionan algunos aspectos y no se los pueden controlar; no es que se realizó algo mal, sólo no era el momento. Entonces, aquí se plasman las enseñanzas bajo la filosofía del TAO:
- El éxito en un porcentaje depende de uno mismo y el otro porcentaje del TAO, por lo que se debe aprender a compartir esa responsabilidad para así mantener la conciencia en calma y la certeza de que hizo todo lo que estuvo a su alcance.
- Aplicar adecuadamente las virtudes de la paciencia, sencillez, humildad y moderación, ya que permitirán alianzas y acuerdos para que el marco del emprendimiento llegue a buen término con base en las bondades del TAO.
- La reverencia por la vida y el amor incondicional empieza por el amor propio, a su vez fluye hacia todos los semejantes y objetos del entorno. En otras palabras, un competidor y un proveedor, partes fundamentales de la cadena de valor, merecen todo el respeto y la consideración.
La última enseñanza, es tal vez, en las costumbres occidentales la causa de más disrupción, porque dejar de ver y atacar a cualquier competencia o enemigo, definiendo todo lo que un ser antropocentrista no haría. Cabe recalcar que en los negocios orientales, hasta cierto punto, son exitosos porque es más importante el colectivismo que el poder. No solo lo dice el taoísmo, también el confucianismo, ambas promueven la cultura del nosotros sobre la cultura del yo, con la finalidad de una simbiosis, si uno está bien es por causa de que todos están bien.
Al emplear el TAO en los emprendimientos se requiere hacerlo con sabiduría, la cual posee todo ser humano, con la finalidad de fluir como una ligera y exuberante hoja sobre el río, que a pesar de ser minúscula para semejante agua masa, ella sobresale por el hecho de emanar armonía. Además, se debe imitar al bambú cuya fortaleza radica en su flexibilidad.
Entonces, la opción más certera para que las bases de un emprendimiento prosperen es utilizar las virtudes que brinda el TAO, y de esa forma surgir ante los vaivenes que no se pueden controlar, e incluso ayuda a lograr más con menos esfuerzo espiritual y físico.